sábado, 7 de noviembre de 2009

Una comunidad se hace parte del Museo Paleontológico



El casual hallazgo de piezas fosilizadas correspondientes a megafauna, ha permitido a investigadores del Museo de Arqueología de la Universidad de Los Andes, determinar la existencia de una antigua laguna de finales del Pleistoceno en el sector actualmente conocido como Llano del Anís, en el municipio Sucre del estado Mérida, a donde al menos mastodontes y caballos acudían para saciar su sed. Hoy, a más de un año de los primeros hallazgos y miles de años después de la existencia de estos animales, sus restos fosilizados -algunos ya extraídos y resguardados- podrían convertirse en piezas de admiración y transmisión de conocimiento para todo público.

Esto, será posible con la creación del Museo de Paleontología de Llano del Anís, producto del esfuerzo conjunto entre investigadores de la ULA, consejos comunales, autoridades municipales, parlamentarios merideños y la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del estado Mérida, Fundacite Mérida.

Jacinto Dávila, director ejecutivo de Fundacite Mérida, atendiendo la solicitud de algunos vecinos del sector, tras visitar el lugar donde trabajan los investigadores y reunirse con algunos habitantes, manifestó el interés de la Fundación por asumir la coordinación de una mesa de trabajo sobre el tema, a fin de articular esfuerzos, aprovechando experiencias previas en las que las comunidades han sido protagonistas.

Con el mencionado museo, comunidades del sector ubicado a orillas de la carretera La Variante, podrán vincularse a este singular hallazgo en los andes venezolanos , siendo partícipe de su creación, y además beneficiarios directos del valor agregado que necesariamente les ofrecerá al generar fuentes de empleo y mejoras en los servicios básicos.

Previa a la intervención de Fundacite Mérida, se han realizado reuniones preliminares con las comunidades, el Museo de Arqueología, los diputados ante la Asamblea Nacional, Manuel Briceño y Oscar Ramírez, así como con el alcalde Arón Varela. La propuesta del museo está adelantada por parte del Museo de Arqueología y entre los pasos por venir corresponde el otorgamiento de avales por parte de los consejos comunales del casco central de Llano del Anís, Juan XXIII, Las Mesitas y La Honda; igualmente se deben gestionar los recursos.

Como ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Fundacite Mérida, articulando a los diferentes actores, impulsará la concreción del proyecto de museo que finalmente favorezca la divulgación y apropiación de conocimiento científico aportado desde nuestra entidad, por cuanto las actividades científicas, tecnológicas y de innovación son de interés público y general.

Ana Rosa Fernández de Villasmil, miembro de la Mesa Técnica de Electricidad de Llano de la Honda, se ha preguntado cuál es el beneficio que puede obtener la comunidad con este hallazgo, por lo que propone que se involucren todos los consejos comunales, instituciones educativas, la Alcaldía entre otros, para que el museo se concrete y exhiban réplicas de las piezas que ya han extraído los investigadores, pero que al mismo tiempo las familias del lugar puedan ser atendidas en diversos requerimientos que surgen a partir de esta particular situación.
Retomando los hechos

El hallazgo de estas piezas valiosas para la reconstrucción de la historia paleontológica y arqueológica de Venezuela fue casual, pues los pies de Ana Rosa - quien se disponía con su hijo a reparar una manguera de agua a pocos metros de su casa- se posaron justo sobre la primera pieza encontrada, de la cual intuyeron pertenecía a un animal "que no es de estos tiempos" según narró.

El 16 de noviembre de 2007, con apenas un mes viviendo en ese lugar, esta sencilla mujer pudo tomar en sus manos un molar del que luego se supo fue de un mastodonte. Entre familiares y vecinos corrió la voz sobre la extraña pieza y fue Joselo, quien al verla, contactó con el profesor universitario Adelis León, y éste alertó a investigadores del Museo Arqueológico. Desde enero de 2008 comenzaron a trabajar en el lugar y a finales de mes se conoció públicamente la noticia.

Lino Meneses, coordinador del Museo de Arqueología de la ULA, precisó que luego de las primeras excavaciones se determinó el hallazgo de fragmentos de un fémur y de dentadura, piezas fosilizadas específicamente de megafauna, que los hace pensar "en un contexto paleo arqueológico muy importante debido a su antigüedad y que por primera vez en la Cordillera Andina de Mérida se reportaba".

La superficialidad de los restos tiene que ver con la Geología, hay afloramiento del Cuaternario y se dieron las condiciones con la erosión ocasionada por el agua, explica Meneses, al agregar que las primeras aproximaciones del estudio geomorfológico y geológico y por la misma estratigrafía del lugar, pueden afirmar que se está en presencia de una antigua laguna, de finales del Pleistoceno. Probablemente "esos animales acudían hasta esa laguna a tomar agua y allí fallecieron".

Llano del Anís es una zona muy erosionada, ocurre allí el fenómeno llamado tubulación, consistente en la creación natural de vacíos en el suelo, grandes huecos, y la erosión del lugar ha permitido que ellos afloren.

Historia bajo el suelo

El yacimiento encontrado puede extenderse entre 30 mil y 50 mil metros cuadrados, por lo que simultáneamente han estudiado evidencias para determinar otros yacimientos en áreas que van entre Las González y la entrada a los túneles de la carretera hacia El Vigía, por ser zona de afloramiento del Cuaternario. Los sistemas de información geográfica y modelos predictivos ayudan en esta labor, en la que el geógrafo Omar Molina está trabajando como tesis de post grado.

En Llano del Anís, se han hecho sondeos alrededor de las casas, estando todo el lugar bajo una medida de protección emitida por el Instituto de Patrimonio Cultural, no obstante, se requieren ordenanzas municipales - cuyo proyecto fue presentado por el Museo de Arqueología- ya que en el lugar deben ser controladas las construcciones; ya un movimiento de tierra sin autorización afectó restos óseos de un caballo, quedando sólo múltiples trozos. Cuando existan piezas paleontológicas corresponde hacer su rescate por parte de expertos y luego se podrá permitir la construcción, conservando las áreas fundamentales del yacimiento.

La trinchera actualmente en trabajo tiene 288 metros cuadrados y con una profundidad que pasa de los 3 metros. Hasta ahora, Meneses afirma el hallazgo de un mastodonte, animal sur americano emparentado con los elefantes. Han conseguido el húmero, costillas, vértebras, una defensa (colmillo), fragmentos de la dentadura y de la espina dorsal, así como un fémur. Era un ejemplar muy joven cuya mandíbula todavía no han encontrado.

Los investigadores además necesitan saber si intervino la acción humana, si el animal fue tazado en el lugar porque la mayoría de los restos están in situ; hay piezas arqueológicas, por lo que deben establecer relaciones con el contexto para llegar a conclusiones sobre población temprana en la cordillera andina de Mérida. Esto sería extremadamente importante porque hasta ahora las fechas reportadas son del Siglo V después de Cristo, y aquí se estaría hablando de los siglos VII y VIII antes de Cristo, señala Meneses, quien agrega que esto es uno de los elementos que lleva a que la excavación sea lenta para ver la relación. Por otra parte, los restos del caballo indican que sí existieron en Latinoamérica estos animales de 7 a 14 mil años atrás, lo cual es muy antiguo para el continente americano.

Destacó además que hay eventos geológicos muy importantes en esa zona y si se compara donde se está excavando con el área donde la estación de servicio descarga sus aguas servidas, se observa que hubo un proceso geológico muy fuerte, como una inundación grande debido al tamaño de las rocas que debieron ser movidas por una creciente muy fuerte.

Entre lo mágico y lo real... queda mucho por encontrar

En la tradición oral, también hay mucho que indagar. Aun cuando los vecinos del lugar no recuerdan historias que refieren algún hallazgo de grandes piezas correspondientes a animales, Meneses refiere sobre "comentarios que dicen que a Llano del Anís se conocía como El Llano de los Gigantes; posiblemente venga de la gente que conocía la existencia de esos huesos grandes, de animales grandes y a lo mejor lo asociaban con personas grandes, con gigantes y hay comentarios de gente que creía que eran troncos de tuna o restos de arboles, de vegetales... o sea que sí hay información oral de que existieron o se conocieron estas cosas pero no se reportaban..."

A esa tradición oral, seguramente se sumará ahora la historia que cuenta Ana Rosa Fernández: "Vimos que era de un animal muy grande, y mi hijo dijo que no era de un animal de ahora. Con un cuchillo lo terminamos de sacar, se partió en 2 y se fue hacia abajo. Mi hijo se quitó la franela y lo guardó, lo llevamos para la casa. A los 3 días escuché una voz que dijo 'pongan en su sitio lo que se trajeron'... eso fue en la noche. Le pregunté a mi esposo que si la había oído, pero no oyó nada".

"Después, mi hija mayor me llamó, le conté y vino en la tarde a ver y con la curiosidad se llevó una muela para enseñársela a un señor que sabía de eso. Estando en su apartamento ella también escuchó una voz de hombre que la llamó por su nombre y le dijo que devolviera lo que se llevó. Pensó que alguien se había metido, pero estaba sola con su hija, no había nadie más. Le dije que lo trajera , lo trajo en la tarde y le dijimos a Joselo, se lo mostramos y llamó a una gente; el primero que llegó fue Adelis León y este le avisó a la Universidad y vinieron todos.

"Yo sé que hay algo más, pero todo a su debido tiempo, porque me lo dijo el indio. Yo me dije que el animal no puede hablar, y por eso se consultó con personas que hicieron una sesión espiritista, pero la principal fue Guillermina Marquina; ellos dijeron que era un indio Manaure Savedra y otros dos más, un Timotocuica. El primero nos explicó y nos regañó por que ellos pasaron un susto llevando los huesos, pues una gandola casi choca el carro, apenas se encunetaron y más adelante se les atravesó una vaca negra que no saben de donde salió. Mi hija le dijo que se lo había llevado por curiosidad, pero no por nada malo. El indio dijo que había algo más allí, mucha gente lo oyó".

Laguna vieja

Según el profesor Meneses, afortunadamente la construcción de la carretera no afectó la zona ya que no requirió excavación, contrariamente se hizo un terraplén para rellenar lo que posiblemente es la paleolaguna. Para ilustar mejor explicó que cuando nos trasladamos desde Mérida hacia los túneles que conducen a El Vigía, hay un corte en el cerro, bien pronunciado para dar paso a la carretera y al salir de ese corte lo que viene es un gran terraplén que une esa parte de la carretera con los puentes y luego hay una baja muy pronunciada. Todo indica que había una laguna no muy profunda, pero si un reservorio de agua importante. En torno a la laguna, falta precisar su antigüedad y que pasó cuando la paleo laguna desapareció.

Parecen elefantes pero no lo son

En la definición más sencilla sobre lo que era el mastodonte, encontramos una que puede orientar a los no familiarizados con conceptos paleontológicos: "Nombre común de diversos mamíferos proboscídeos fósiles parecidos al elefante, con grandes colmillos en la mandíbula superior, que vivieron a finales del periodo Terciario y en el Cuaternario". Sobre sus características se debe apuntar que los mastodontes aparecían recubiertos de pelo grueso, como los mamuts (género Mammuthus). Por ejemplo, un esqueleto de Mammut borcinus encontrado en Grecia, con colmillos de 4,39 m de longitud, corresponde a un mastodonte de 3,5 m de altura y un peso de unas 6 toneladas. Los mastodontes americanos eran animales de alzada algo menor que los mamuts o incluso que los elefantes actuales, pero de peso semejante al de éstos. / Con información de Diccionario Espasa y www.wikipedia.org (Diario de los Andes, 10/03/2009, Fundacite Mérida).-

Fuente:
http://boletin.uc.edu.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=22545:una-comunidad-se-hace-parte-del-museo-paleontologico-&catid=5:institucionales&Itemid=8
Fecha: Martes 10 de Marzo de 2009 07:56

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Descubren fósiles dientes de sable en Venezuela



El paleontólogo Ascanio Rincón dijo que decidió desvelar ahora el hallazgo, en 2006, de fósiles de dos tipos de tigres que vivieron hace 1,8 millones de años para proteger el yacimiento donde fueron encontrados, en el Oriente venezolano.
Uno de los fósiles descubiertos al sureste de Caracas

Rincón, paleontólogo del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), reveló recientemente la existencia de muestras de tigres de dientes de cimitarra y dientes de sable, algo inédito en la parte sur del continente americano. Rincón aseguró a Efe que las excavaciones las hizo con su equipo desde 2006 a 2007, siendo “el primer registro confirmado para Suramérica de tigre de dientes de cimitarra”.

Esta especie se extinguió “hace 500.000 años” y se encontraron seis ejemplares en la zona, según el paleontólogo. El descubrimiento del yacimiento tuvo lugar en verano de 2006, cuando la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA), realizaban estudios “para meter una tubería y transportar petróleo”, según Rincón. El paleontólogo, que evitó indicar el lugar exacto del yacimiento por “motivos de seguridad”, destacó que buscó proteger la zona “ante la llegada de saqueadores” que, según denunció, sacaban fósiles del sitio.

“Al yacimiento llegaron incluso componentes del Ejército nacional para protegerlo”, añadió. Sin embargo, afirmó que el Instituto de Patrimonio Cultural venezolano les retiró “el permiso de excavación” el año pasado y que el equipo de paleontólogos está “esperando a que les renueven” la autorización para seguir analizando el lugar.

El hallazgo “abre un mundo de posibilidades para entender el gran intercambio biótico americano”, ya que hasta el descubrimiento, “el registro más al sur de América” de restos del tigre de dientes de cimitarra se tenía en el estado norteamericano de Texas, añadió el paleontólogo venezolano. Rincón explicó que, en el mismo yacimiento, los paleontólogos encontraron también un ejemplar de tigre de dientes de sable (“smilodon”) junto a restos de más de una treintena de especies de animales vertebrados extinguidos, entre los que se encontraban caballos, camellos, tapires, lobos, caimanes y aves acuáticas.

El experto explicó que, tras la fractura del Pangea, el supercontinente que englobaba a todos los continentes agrupados en el pasado, Suramérica quedó separada como una “isla en la que evolucionó fauna y flora” hasta que hace “1,8 millones de años conecta con Panamá”, lo que permitió que la fauna y la flora “cruzaran” entre Norte y Sur de América.

“El rango de distribución de estos animales era intertropical” y “vivían al mismo tiempo en distintas zonas geográficas”, destacó. Por otra parte, Rincón también denunció que, desde el año pasado, este depósito de unos 18.000 metros cuadrados y dos metros de profundidad está “desprotegido, sin seguridad, a la intemperie” y afirmó que hay “fósiles que están desapareciendo” del lugar. Asimismo, especificó que se tardarían “unos 187 años para analizar el yacimiento” si trabajar una veintena de personas ocho horas al día durante 200 días al año.

Fuente: http://esencia21.wordpress.com/2008/08/13/descubren-fosiles-dientes-de-sable-en-venezuela/

viernes, 23 de octubre de 2009

Restos de Dinosaurios hallan investigadores en La Grita



En Táchira.

Los restos encontrados pertenecen al género Lesothosaurus SP, de una altura de 0,5 metros y una edad estimada entre 175 y 200 millones de años.

Según John M. Moddy de la Sección de Paleontología de la Universidad del Zulia, se trata del primer descubrimiento en Venezuela de un animal tipo el cual pertenece al Jurasico Medio-Inferior.
Maracaibo (Especial).- Investigaciones realizadas entre las décadas de los 80 y los 90 por un grupo de geólogos franceses determinaron que en un lugar cercano a La Grita. Estado Táchira, existieron dinosaurios y que en ese lugar hay material fósil de gran importancia tanto para Venezuela como para la comunidad paleontológica internacional.

El geólogo John M. Moody, de la Sección de Paleontología del Museo de Biología constituido en la Facultad de Ciencias de la Universidad del Zulia, quien realizo recientemente –enero de 1994- con su equipo integrado por la técnico Belkis Moody y los bachilleres Ascanio Rincón y Víctor Hugo Rincón, una expedición a la zona andina estudiada por los expertos europeos, confirmo estos hallazgos de los cuales no se tenían hasta ahora noticias en el país.


El Descubrimiento

Moody no pudo precisar si el descubrimiento de los franceses fue accidental o si respondió a una búsqueda sistematizada. Pero lo objetivo y relevante es que encontraron por primera vez en Venezuela, varias localidades con restos vertebrados, entre ellos de reptiles acuáticos (ichthyosaurus), estos últimos en la Sierra de Perijá.

- Había sospechas de la existencia de dinosaurios en Venezuela, varias personas proyectaban su búsqueda, pero en el país, afirmo el geólogo Moddy, es difícil este tipo de trabajo porque una gran parte del afloramiento está cubierto con bosques y tal situación, con algunas excepciones no permite que se pueda ver bien la roca.

En lo que tiene que ver con el material evaluado por los franceses uno de los autores es venezolano: se trata del doctor Odreman O. E del Ministerio de Energía y Minas.

Ellos descubrieron dientes de un dinosaurio y atendiendo a la forma de estos ubicaron el animal dentro del género Lesothosaurus Sp, de una altura de 0.5 metros y una edad estimada entre 175 y 200 millones de años.

Se estima que la edad de la roca –situada en un contexto del jurásico medio a inferior- es de más de 175 millones de años, posiblemente, hasta un máximo de 208 millones de años.

Moody y su equipo recibieron de los autores franceses una copia de su publicación y en uno de los viajes a la zona de La Grita encontraron por casualidad el sitio donde fueron hallados los restos del dinosaurio, una especie de pavo del jurásico.

El área forma parte de un predio privado y después de hacer algunas correcciones en la superficie, en una esquina del sitio Moody y sus colaboradores, entre ellos su esposa Belkys, técnico geólogo, encontraron más huesos y confirmaron que las piezas óseas eran de dinosaurio.

En la primera oportunidad recolectaron de una pequeña sección 20 huesos y varios dientes.

En la segunda ocasión, en enero de este año, encontraron 150 huesos y más de 20 dientes.

El tamaño del dinosaurio, según las publicaciones científicas más recientes, era como el tamaño de un pavo con los dientes muy pequeños. También confirmaron que la altura máxima del animal era medio metro y que no pesaba mucho.

Estos animales eran comunes en Suráfrica, pero se han encontrado restos parecidos en otros sitios, incluida Inglaterra.

“Todavía en Norteamérica no se sabe si hay huesos así”, subrayo Moody.

Siguen en las Investigaciones

Por lo general los dinosaurios del jurásico eran pequeños. No obstante, se sabe que existieron animales de hasta 10 metros antes de que aparecieran los gigantes del Jurásico Superior.

Algunos de los ancestros de los gigantes estaban comenzando a crecer en tamaño y eran carnívoros.

Otro de los aspectos interesantes del trabajo en la sección de Paleontología de LUZ es que los investigadores están en posesión de varios dientes de otro animal que al parecer fue carnívoro. La pieza es mucho más grande que los dientes encontrados previamente.

Es probable que ese otro animal también sea un dinosaurio y la evidencia que parece confirmar tal apreciación es la forma del diente el cual se parece a un serrucho o a un cuchillo para cortar carne.

- ¿Se puede pensar en La Grita como un yacimiento fósil de gran importancia?
- Para mí es algo de gran importancia porque es una de las primeras veces que en el norte de Suramérica se encuentran dinosaurios de esta edad y tales descubrimientos pueden ayudar a la distribución geográfica de tipos de estos animales.

- ¿Qué relación guardan tales hallazgos con la posibilidad de encontrar petróleo en esta zona andina?
- Petróleo puede ser que no, porque mucho del petróleo como el de la cuenca del lago de Maracaibo es más joven. Las rocas del cretácico que producen petróleo estaban encima de las ahora estudiadas, es decir, que las últimas son mucho más antiguas que las que normalmente produjeron petróleo.

- ¿Continúan investigando?
- Vamos a seguir, siempre estamos investigando sitios nuevos, especialmente en la Sierra de Perijá. Lo de La Grita fue una excepción, solo porque nos encontramos en el área por causalidad. Pensamos que hay otras instituciones que conoce el sitio, las cuales también están trabajando allí.

Piensa que hay un gran potencial para La Grita y que esta ciudad tachirense bien podría ser designada como la capital de los Dinosaurios en Venezuela.

Moody dio lectura a la única reseña científica que existe sobre estos hallazgos. Es una copia del órgano divulgativo de la Academia de Ciencia de Paris, correspondiente a la edición de diciembre de 1992.

En el informe se hace mención de todos los sitios donde hay fósiles vertebrados y mencionan brevemente el lugar donde fueron encontrados los dinosaurios.

Concluye con gráficos de uno de los afloramientos de dos de los dientes y parte de una mandíbula, material suficiente que sirvió para identificar el tipo de animal.

Fuente:
Diario El Nacional, Sabado 29 de Enero 1994.: Alonso Zambrano.

martes, 13 de octubre de 2009

Encuentran fósil del roedor más grande del planeta



En Venezuela, el hallazgo en una región semidesértica de esqueleto del roedor más grande del planeta, de hábitos acuáticos y una antigüedad de unos 8 millones de años, contribuye junto con los registros fósiles de Brasil a soportar la hipótesis sobre la existencia de un gran río llanero que fluía paralelamente a la Cordillera de los Andes hacia el norte de América del Sur, desembocando en el Caribe.

En el Museo Paleontológico de Coro, se muestra el esqueleto del fósil bautizado Goya, en honor al lugar del hallazgo.

El doctor Orangel Aguilera dirige el proyecto Paleontológico de Venezuela.

Las investigaciones paleontológicas en Venezuela toman un gran impulso con el hallazgo de lo que se considera tanto el roedor más grande del mundo como el primer esqueleto completo en América de un roedor gigante (Phoberomys pattersonii), de unos 3 metros de longitud, 1,30 de alto y un peso de 500 kilos, y de una antigüedad estimada en 8 millones de años, correspondiente al mioceno superior.

El hallazgo, que atrae hacia Venezuela a infinidad de científicos dedicados a los estudios de paleontología, arqueología y antropología, interesados en conocer detalles del mismo, tuvo lugar en la región semidesértica de Urumaco, en el estado Falcón, al occidente del país, por parte de un grupo de expertos de la Universidad Francisco de Miranda, que vienen trabajando desde 1980 en el Proyecto Paleontológico de Venezuela, coordinado por el doctor (PHD) en zoología Orangel Aguilera.

Junto con el Instituto del Patrimonio Cultural, se vienen estudiando desde entonces los yacimientos fosilíferos del país; y aunque se ha encontrado otros restos animales prehistóricos, especialmente molares y esqueletos, ninguno como este que atrae la atención de la comunidad científica internacional en estos momentos.

La expedición para realizar el rescate del material depositado, así como para el debido reconocimiento del área, basados en informaciones suministradas por el descubridor del roedor gigante, el técnico en geología Rodolfo Sánchez sobre la presencia de fósiles en el área, contó, además de Sánchez, con la participación de los científicos Orangel Aguilera y Dione Rodríguez, así como del técnico en paleontología Julio Reyes, y de los científicos invitados Jean Bocquetín, pionero de los estudios paleontológicos en Urumaco; Alceu Ramzi, de la Universidad de Acre de Brasil, y del biólogo Ascanio Rincón, de la Universidad del Zulia. Todos forman parte del grupo que viene desarrollando el estudio de paleocología neotropical, en la Península de Paraguaná, Urumaco, así como en Araya y las islas de Margarita y Cubagua, en el extremo oriental del país, donde han tenido lugar también otros importantes hallazgos de fauna fósil, especialmente 140 especies de peces.

El hallazgo

Rodolfo Sánchez, a punto de graduarse de geólogo en la Universidad del Zulia y nativo de la región de Urumaco, contó que en octubre del año pasado, acompañado de alumnos del Instituto Universitario de Tecnología en Maracaibo, caminó alrededor de 4 horas hasta el sitio paleontológico de Urumaco en busca de restos fosilizados.

Fue en esa oportunidad cuando por casualidad se topó con el roedor, pero no fue sino hasta mayo cuando los expertos, con el equipo adecuado para su extracción, confirmaron la existencia del ejemplar más grande de los cuatro hallados en la misma región, del Phoberomys pattersonii, bautizado Goya, en honor al sitio donde fue encontrado, cuyos huesos se estiman completos en un 90 por ciento. La confirmación de que se trata del roedor más grande encontrado hasta ahora, se hizo con la consulta del especialista uruguayo Álvaro Mones, quien ya había descrito la especie Phoberomys pattersonii, como la del mayor tamaño entre los roedores prehistóricos. Su sucesor inmediato es conocido como Dinomys branick, una especie en extinción, cuyos especimenes han sido avistados en el estado Táchira, de Venezuela, así como en Brasil y Colombia.

El equipo interdisciplinario e interinstitucional experto en moluscos, peces, crustáceos, vertebrados continentales y fluviales, coordinado por el doctor Aguilera, identificó los lugares desde el punto de vista geológico, estratigráfico y paleontológico, así como a cada uno de los fósiles que se hallaron.

Otros descubrimientos

En esa región semidesértica los afloramientos han aportado los registros fósiles más importantes de vertebrados de la época Terciaria de Venezuela. Su amplia diversidad faunística ancestral, representada por roedores, y perezas gigantes, armadillos, tortugas, gaviales, cocodrilos, peces y manatíes, entre otros, sirven de base de referencia para el estudio del intercambio faunístico americano y de las condiciones paleoecológicas existentes en ese tiempo.

Su fauna dulce-acuícola del mioceno tardío (6,5 millones de años), representada por manatíes, bagres, tiburones, rayas, toninas, tortugas y cocodrilos, ha servido de referencia para los trabajos de investigación de paleontología marina de Aguilera, los cuales han sido aceptados por el Smithsonian Tropical Research Institute. Constituye además el mejor testimonio de la existencia del curso de agua dulce, asociado con el Paleo-Orinoco-Amazonas y su encuentro con el Mar Caribe.

Además del roedor Goya, también fue hallada en Urumaco, en 1976, una tortuga considerada en su momento como la más grande del planeta, de 2,18 metros de longitud, y cuyo registro fósil corresponde al Terciario, específicamente al mioceno tardío. Este ejemplar reposa en un museo estadounidense. Sin embargo, en la ciudad de Coro se encuentra un ejemplar localizado en 1992, que alcanzó 3,3 metros de longitud y 2,10 metros de ancho.

También en Urumaco han sido encontradas especies inéditas, como el cocodrilo gavial, el cocodrilo rostro de pato, dos especies de tortugas, el perezoso gigante, así como el bagre cajaro.

Análisis de micropaleontología

En el Museo Palenteológico de Coro, capital del estado Falcón, se encuentra el esqueleto del enorme roedor, donde es objeto de análisis de micropaleontología con el propósito de determinar con exactitud su edad promedio. Los estudios son adelantados por expertos del centro de investigaciones en arqueología, antropología y paleontología, dependiente de la Universidad Francisco de Miranda, como Orangel Aguilera, y los científicos brasileños Alceu Ramzi y Jean Bocquentin.

Según lo indicó Aguilera, este ejemplar no sólo tiene estructuras de diagnóstico como son los molares y parte del cráneo, sino que está dotado de extremidades posteriores y vértebras, que en su conjunto permiten una descripción completa de lo que fue este animal en el pasado.

La descripción inicial fue una anatómica pieza por pieza, donde las características de sus dientes permiten al grupo de científicos deducir que se trataba de un herbívoro que se alimentaba de gramíneas y de plantas acuáticas. El resto del esqueleto confirmó que se trataba de una animal hembra, con cola y las patas traseras más grandes que las delanteras. Su gran talla explica por qué tenía hábitos semiacuáticos, pues se supone que al igual que otros animales de gran tamaño necesitaban mojarse y revolcarse en el barro para soportar mejor el calor.

El estudio será publicado en una revista especializada en la que el editor los someterá a árbitros anónimos de prestigio internacional, quienes corroborarán el contenido del artículo y del descubrimiento.

De acuerdo con la información suministrada por los científicos que participan en los análisis paleontológicos en la mencionada región, fundamentado en el registro fósil de Brasil y Venezuela, se fortalece la hipótesis sobre la existencia de un gran río llanero (Paleo-Orinoco, Paleo-Amazonas) que fluía paralelamente a la Cordillera de los Andes hacia el norte de América del sur, desembocando en el Caribe, en el área actual de la región de Urumaco.

La hipótesis de la existencia de ese gran río, se afianza fundamentalmente, en la comparación de las evidencias paleontológicas descubiertas por los especialistas de las universidades de Acre y Nacional Experimental Francisco de Miranda. Según lo indica el doctor Aguilera, los especímenes de la fauna encontrados son del mismo período (entre 8 y 10 millones de años atrás) y muy similares a los que se hallaron en la región de Acre, frontera de Brasil con Perú, que es hoy una selva tropical, y a los de Urumaco, que es una zona árida.

De acuerdo con lo descrito por vez primera por la profesora María Díaz de Gamero en 1996, lo que permitió llegar a la hipótesis del gran río Paleo-Orinoco-Amazonas, son las especies idénticas de peces de la misma época que se han encontrado a lo largo de toda Sudamérica, como es el caso del bagre cajaro, del cual se han encontrado ejemplares en Urumaco y localidades de Colombia y Perú.

Además del enorme roedor, han encontrado esqueletos asociados a cocodrilos, a gaviales y a dos tipos de bagres. Los cráneos fósiles del bagre cajaro coinciden con los cráneos fósiles de formación salimoes, que descubrió el doctor Bocquetin en Brasil, y que es conocido hoy día en el Orinoco, en el Esequibo y el Amazonas. Asimismo, los restos de bagre sierra de Urumaco coinciden con los descubiertos por el doctor Lunderberg en la frontera entre Perú y Brasil, en la misma cuenca de Acre.

Orangel Aguilera, quien forma parte del equipo multidisciplinario Panamá Paleontology Projet, donde participan especialistas de toda América Latina, es el encargado de hacer las clasificaciones de todos los peces recolectados, indicó que en los levantamientos de las cuencas sedimentarias de Venezuela, donde se han practicado estudios geológicos, estratigráficos y geocronológicos; se ha contado con el apoyo internacional del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales.

OEI

Fuente:
Por Gilberto Carreño,
Corresponsal del Servicio Informativo Iberoamericano de la OEI,
Caracas, Venezuela.-
Junio del 2000
http://www.oei.org.co/nuevo%20sii/nentrega5/art04.htm

Revelan el hallazgo en Venezuela de restos paleontológicos importantes para América



Luego de este hallazgo, Venezuela se ubica en el contexto del gran intercambio biótico americano. Por lo tanto, el Centro de Ecología del Ivic, ejecuta un proyecto que incluye el estudio de los yacimientos fosilíferos en depósitos de asfalto en Venezuela.

El paleontólogo del IVIC considera este hallazgo entre los yacimientos
fosilíferos más importantes de los últimos 60 años de historia
paleontológica de Suramérica. (Foto: Ivic)

El paleontólogo Ascanio Rincón, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), decidió desvelar, recientemente, el hallazgo en 2006 de fósiles de dos tipos de tigres que vivieron hace 1,8 millones de años para proteger el yacimiento donde fueron encontrados, en el oriente venezolano.

El hallazgo abarca cerca de 33 especies de vertebrados y mamíferos. El primer registro fue de un fósil de tigres dientes de sable. Todo el descubrimiento compone el tesoro oculto en un pozo de asfalto al oriente de la nación suramericana, las especies halladas son algo inédito.

Este depósito fosilífero tiene entre 1.8 millones y 500 mil años de edad, tomando en cuenta el tipo de fauna encontrada, explica el coordinador del proyecto paleontológico, Ascanio Rincón.

"Suramérica, por espacio de 65 millones de años después de la ruptura del supercontinente conocido como Pangea, estuvo aislada, y hace aproximadamente tres millones de años se conectó a Centroamérica, lo que creó un puente terrestre que permitió la migración de la fauna y la flora del sur al norte y viceversa", dijo Rincón.

Ante el poco conocimiento de la situación, manifestó que esto es lo que se define como "el Gran Intercambio Biótico Americano", del que no se conoce prácticamente nada. "Sólo se cuenta con la información recaudada de los yacimientos en Estados Unidos y Argentina", indicó el paleontólogo venezolano.

El paleontólogo del IVIC considera este hallazgo entre los yacimientos fosilíferos más importantes de los últimos 60 años de historia paleontológica de Suramérica.

El tigre dientes de sable, primer registro de la tribu Homotheriini para Suramérica, corresponde a un cráneo completo, además de evidencias de seis individuos de diferentes edades, indicación que fue una población estable en el oriente de Venezuela.

Los tigres de los restos arqueológicos hallados, pertenecen a la familia Felidae que agrupa a gatos, leones y tigres y a su vez pertenece a la subfamilia Machairodontinae que integra todos los tigres dientes de sable.

Según el experto, el descubrimiento sucedió en el verano de 2006, cuando la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA), ejecutaba estudios "para meter una tubería y transportar petróleo", dijo Rincón.

Visión del pasado

Luego de este hallazgo, Venezuela se ubica en el contexto del gran intercambio biótico americano. Por lo tanto, el Centro de Ecología del IVIC, ejecuta un proyecto que incluye el estudio de los yacimientos fosilíferos en depósitos de asfalto en Venezuela.

Estos yacimiento fosilíferos funcionan como especie de papel atrapamoscas, pues todo lo que tiene contacto con su superficie, se queda pegado, muere y tiene una alta probabilidad de fosilizarse.

"Del tigre dientes de sable que tenemos en el Laboratorio de Biología de Organismos del IVIC sabemos que es originario de África y data de aproximadamente 4 millones de años, en el Plioceno Temprano. Atravesó África, Europa y luego América del Norte, donde se pensaba que se había extinto hace unos 500 mil años. Pero, en el hallazgo de oriente conseguimos no sólo 1 sino 6 ejemplares, lo que quiere decir efectivamente que durante el Gran Intercambio Biótico Americano, este tigre cruzó a Suramérica pero por alguna razón no sobrevivió sino que se extinguió" narra Rincón.

La aspiración del proyecto en planificación, es la creación de un instituto de investigación en el ámbito de la paleontología en oriente, con la colaboración de PDVSA, IVIC y el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), órgano adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, el cual es responsable de otorgar los permisos para realizar exploraciones y extracciones de fósiles en el país. Con este gran proyecto la paleontología venezolana tendrá el impulso que merece, y ocupará un lugar en el mundo.

Fuente:
TeleSUR - Ivic - Prensa Latina / in - MCZ
TeleSUR Fecha: 14/08/2008
http://www.telesurtv.net/noticias/secciones/nota/31364-NN/revelan-el-hallazgo-en-venezuela-de-restos-paleontologicos-importantes-para-america/

sábado, 10 de octubre de 2009

Este era el dinosaurio que habitaba en La Grita hace 190 millones de años.




El dinosaurio de La Grita apareció en la revista de la Academia de Ciencias.

El Brachiusaurus tenía la longitud de un campo de tenis, la altura de un edificio de tres pisos y pesaba como diez elefantes… de este tamaño todavía no se han encontrado en nuestro país.

A 200 huesos y más de 20 dientes, asciende el número de piezas óseas fosilizadas encontradas en los predios de La Grita, y confirmado por el geólogo John M. Moody, de la sección de Paleontología de la Universidad del Zulia.

Desde la década del 80, un grupo de geólogos franceses, quienes se encontraban en labores aun no determinadas, si en busca de yacimientos de naturaleza mineral, de hidrocarburos o, si se trataba de una búsqueda planificada de restos fosilizados, en todo caso, ellos determinaron que en nuestro Estado Táchira, específicamente en La Grita, habitaron dinosaurios hace más de ciento noventa millones de años.

Luego de las expediciones de los franceses –según lo reseña el diario El Nacional en su edición del 29-01-1994, en opinión del doctor Moody, la participación de investigadores venezolanos ha sido de gran relevancia, destacándose el doctor Odreman O. del ministerio de Energía y Minas.

Tocados por la curiosidad y la necesidad científica, la antropóloga Reyna Durán, directora del Museo del Táchira y el autor de esta nota, quienes no somos especialistas en Paleontología, quisimos divulgar algunas notas y dibujos encontrado en diversos libros, de manera que los interesados pudiesen hacerse una idea del Lesothosaurio que llamo la atención de investigadores y publicaciones internacionales y que aquí, en nuestro medio ha pasado prácticamente inadvertido.

Vuela la imaginación al enfrentarnos a seres de este tipo, pues aun cuando no era muy grande como el Brachiusaurus o el célebre Tyranosaurus Rex, es innegable la importancia que desde el punto de vista científico tiene este descubrimiento, especialmente para nuestros docentes y estudiantes de distintos niveles.

El lesothosaurio, media aproximadamente un metro de largo y no llegaba al metro de altura, por eso no implica, según los especialistas, que no pudiesen haber existido ejemplares con altura superior a los diez metros, en ese período Jurásico, “antes de aparecer los gigantes del Jurásico Superior”.

A raíz de este hallazgo y luego de su publicación en la revista de la Academia de Ciencias de Paris en la edición de diciembre del 1992, creemos que es el momento de que nuestros investigadores, docentes y estudiantes, dirijan su mirada a estos acontecimientos ya que su importancia es tal que se ha llegado a afirmar que en el Estado Táchira y especialmente en esa zona de La Grita puede existir gran cantidad de fósiles por lo que se ha llegado a proponer que esta ciudad sea designada como “LA CAPITAL DE LOS DINOSAURIOS EN VENEZUELA”. Para próximas entregas tendremos información sobre el dinosaurio del El Cobre y los descubrimientos realizados en esta materia en la zona de Pamplona a la cual se han dirigido ya un número considerable de expertos y estudiosos de la materia, entre ellos la antropóloga Reyna Durán.

Fuente:
Diario La Nación (Ramón Paz)
Febrero de 1994.

viernes, 9 de octubre de 2009

La Paleontología busca apoyo para crecer en el país



Un Dinosaurio caminó en el Táchira.
El Lesothosaurio, un reptil que ha sido localizado también en África del Sur, vivió hace 180 millones de años -durante el jurásico- en lo que hoy es el territorio nacional. El fósil fue hallado por una expedición integrada por franceses y venezolanos, que se lo llevo a Paris.

Un investigador de la Universidad de los Andes hace gestiones para que sea traído de vuelta al País.

Pequeño entre los grandes
En La Grita, Estado Táchira, se encontró el fósil de uno de los dinosaurios más pequeños que se conocen, el único que se ha hallado en Venezuela.

Características:
Fue bautizado como cf (compárese)- Lesothosaurus, porque se considera que pertenece al mismo género de otro fósil que fue hallado en Lesotho, África del sur. Pertenecía al orden de los ornistiquios, o “caderas de aves”.

No llegaba a superar el metro de largo. El tamaño del que se hallo en el país era aproximadamente el de un pavo.

Este dinosaurio era semejante a un lagarto de cola larga. Su cabeza era pequeña. Ligero y ágil, sus patas traseras parecían diseñadas para correr a grandes velocidades.

Alimentación y hábitos.
Herbívoro, tenía un hocico corto y más bien puntiagudo, plagado de pequeños y finos dientes que parecían puntas de flecha; con ellos desmenuzaba -pero sin masticar- las plantas que le servían de alimentación. También podía alimentarse de carroña y de insectos.

Sus pequeños brazos le servían para llevarse ramas a la boca.

Carecía de estructura defensivas (espolones, placas o corazas), pero se cree que utilizaba sonidos o señales para comunicarse con sus semejantes y advertirles cuando algún depredador merodeaba.

La Paleontología busca apoyo para crecer en el país.Hace 180 millones de años, un dinosaurio vivía y se desplazaba sobre lo que hoy es el estado Táchira. No era tan espectacular como los terribles especímenes a los que son tan aficionadas las producciones hollywoodenses, aunque pertenecía al Jurásico, precisamente a la misma edad geológica que se caracterizó por el predominio de los grandes reptiles sobre la tierra.

La conformación del planeta era entonces muy distinta a la actual. Para empezar, estaba apenas comenzando la separación en trozos del supercontinente Pangea, que concentraba todo el territorio que luego se convirtió en América, Asia, Europa, África y Oceanía. Antes de eso, la superficie terrestre se había dividido en dos territorios, que han sido bautizados como Laurasia y Gondwana. A este ultimo estaba integrada Venezuela en el momento en que fue habitada por algunos de aquellos reptiles que se extinguieron hace millones de años.

Sin embargo, la primera y única huella de la existencia de dinosaurios en el territorio, fue hallada por un grupo formado por investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Paris y por un geólogo venezolano, actualmente profesor de la Universidad de los Andes, Oscar Odreman. Aquel animal fue reconocido luego como un Lesothosaurus, un género que había sido identificado en la localidad de Lesotho, en África del Sur, por el conocido paleontólogo norteamericano Paul Sereno.

El pequeño reptil –no alcanzó una estatura mucho mayor que la de un pavo-, fue encontrado hace diez años y, sin embargo, muy poco se ha difundido acerca de su existencia. Hoy, Odreman hace gestiones para que el fósil sea regresado al país, seguro de que es parte del patrimonio cultural que no debe perderse.

Hallazgo sorpresivo
El científico está convencido de la importancia del descubrimiento, entre otras cosas, porque, señala, permite hacer correlaciones entre África y América del Sur. “En este momento hacemos comparaciones entre África del Norte, Venezuela y otros países que estuvieron integrados al continente Gondwana. Lo que hallemos puede tener, inclusive, importancia económica, especialmente para la búsqueda de hidrocarburos” asegura.

Especializado en el estudio de la vegetación, Odreman ha investigado acerca de las plantas propias de la formación La Quinta, la localidad cerca de La Grita donde fue encontrado el fósil. En aquella época, el sitio estaba cubierto “por vegetación baja, no por bosques ni selvas, por cierto, sino parecidas a una llanura de inundación de rio, en la que no hay posibilidad de reproducción de arboles grandes. En la zona donde apareció el dinosaurio había, por ejemplo, plantas del tipo de los helechos”. Eran, precisamente, las matas el alimento predilecto del lesothosaurio, que tampoco despreciaba, según se ha especulado, a los insectos y a la carroña.

El hallazgo del fósil ocurrió al final de una expedición que casi resulto infructuosa, promovida por los investigadores franceses, en la que Odreman participó como representante del Ministerio de Energía y Minas. El paper científico fruto de ese trabajo, fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Paris, en 1992.

Se trataba de una novedad, “porque nunca habíamos encontrado dinosaurios en la región, aunque sabíamos que había sedimentos del Jurásico. Se habían localizado plantas fósiles y algunos invertebrados”. Investigadores de la Universidad del Zulia han encontrado posteriormente otros restos, pero también del mismo género de dinosaurio.

El descubrimiento –narra- les sorprendió, “porque habíamos buscado desde mucho antes y no habíamos encontrado indicios.

Cuando uno busca fósiles puede pasar hasta dos y tres años explorando sin encontrar nada. La formación La Quinta es una unidad geológica de sedimentos rojos y esa es una característica enmascara los fósiles”. El color azul que adquieren los huesos con el tiempo fue la pista que guió a los investigadores a su encuentro con el pasado prehistórico de la región.

Tesoro por recuperar
La presencia del lesothosaurio, podría indicar que otros dinosaurios habitaron La Grita hace millones de años. Cautelosos, como buen científico, Odreman prefiere dejar abierta la interrogante. Otras naciones latinoamericanas, entre ellas Argentina, tienen yacimientos en los que se han encontrado grandes cantidades de fósiles de reptiles gigantes. Algunos de los descubrimientos han sido tan llamativos como la localización de los enormes huevos de Auca Mahuida, en la Patagonia.
Es precisamente la experiencia de la nación del sur la que le sirve al investigador venezolano para apoyar su posición de que el fósil del reptil de La Grita debe regresar al país. “Varios países tienen instrumentos jurídicos que protegen ese tipo de hallazgos. En Argentina tienen la ley 9080, que establece que nadie puede sacar un fósil, porque es un patrimonio cultural de la nación”, señala.

Odreman se queja del atraso de las investigaciones paleontológicas en el país. Solamente la industria petrolera, comenta, se ha preocupado por el estudio de los microfósiles, pero únicamente cuando les interesa localizar yacimientos petroleros. La curiosidad humana por conocer a los antiguos habitantes del territorio, no ha sido apoyada económicamente, aunque actualmente se hacen esfuerzos por crear un grupo de investigación en la Escuela de Ingeniería Geológica de la ULA, asegura.

-¿Hay planes para proseguir la búsqueda de fósiles en La Quinta?
- Hay proyectos para continuar indagando en todo el Paleozoico, es decir, en la era primaria, donde hay gran cantidad de fósiles. Esto incluye a La Quinta y también a Perijá en el Zulia. El problema en Táchira es que las rocas, en la región, han sido objeto de movimientos de las placas de la tierra, lo que hace que los fósiles se metamorfoseen y desaparezcan.

La pregunta inevitable -y sin respuesta- es que ocurrió con el lesotosaurio y con los otros dinosaurios, que desaparecieron de la faz de la Tierra. El científico siente antipatía hacia las teorías que señalan que los grandes reptiles se extinguieron como consecuencia de la caída de un enorme meteorito sobre el planeta. Se inclina, al igual que sus colegas, por la idea de que los cambios climáticos que sufrió el mundo, que condujeron lentamente a su enfriamiento, condenaron a muerte a esas especies.

Habitantes del Jurásico
El fósil localizado en el país tiene una antigüedad de 180 millones de años. Vivió en el período Jurásico, una edad geológica que comenzó hace 200 millones de años aproximadamente, en la que reinaron los dinosaurios.

Bautizado en su honor
Oscar Odreman es una rara avis en el país, como el mismo reconoce, “no tiene tradición en paleontología”. Su formación en esa área del conocimiento la obtuvo en la Universidad de La Plata, En Argentina, donde -luego del culminar sus estudios- se desempeño como profesor universitario durante ocho años. Se incorporó como docente de la Universidad de los Andes en 1987.

Señala que en el país hay otros yacimientos importantes de fósiles. En Perijá, recuerda, se han encontrado trilobites, artrópodos parientes de las cucarachas, que se extinguieron hace millones de años, durante el Paleozoico, una de las más antiguas edades geológicas. Precisamente, uno de estos ejemplares, aunque no encontrado en el país, sino en Alemania, fue bautizado como Rhenops Odremani, por investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Nueva York, para homenajear al científico venezolano. Entre sus investigaciones se destaca un estudio de la zona de Carache, Estado Trujillo, en el que caracterizó la flora y la fauna del Paleozoico en esa región del país.

Fuente:
El Nacional. (Marielba Núñez)
Jueves 18 de Julio del 2002

Bienvenido al blog de Paleontología en Venezuela. PaleoVenezuela

PaleoVenezuela comprometida con la comunidad científica pone a disposición este blog a todas aquellas personas que desean tener más información sobre la paleontología en Venezuela.

Los datos mostrados aquí son totalmente basados en hechos científicos y recortes de periódicos o “Paleohemeroteca” como hemos denominado a esta parte de la publicación. También aporta fotos e imágenes con la intención de llevar conocimiento y concientización de esta ciencia, esperando que en un futuro Venezuela tenga un museo totalmente dedicado a la paleontología y una cultura de cuidado e investigación hacia nuestros fósiles.
 
A pesar de que Venezuela tiene tradición petrolera reconocida a nivel mundial y de investigación científica en geología y microfósiles, ha echo a un lado esta importante pieza de la ciencia. Por tal motivo esperamos que los animales y plantas del pasado en estado fósil pasen de ser sólo una curiosidad y sean una ciencia seria, que se pueda estudiar en las universidades Venezolanas y se maneje por empresas o entidades gubernamentales que estén interesadas en este tema, sea por explotación del petróleo, minerales e incluso sismología.

Tampoco queremos que esta WEB sea únicamente para copiar y pegar en trabajos escolares, nuestra intención es que la sociedad pueda apoyarnos con sus descubrimientos de fósiles y fotos. Nos pueden enviar sus hallazgos o investigaciones a paleovenezuela@gmail.com y serán publicadas en nuestro blog con el fin de realizar un compendio de información relacionada a paleontología y paleobotánica.

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Los fósiles son tan delicados como lo es la educación con la moral y la cultura con las buenas costumbres.
E. A. S. D.