----------------------------------------------- Paleontología en Venezuela

miércoles, 9 de octubre de 2024

15° aniversario de PaleoVenezuela

 


Hoy celebramos con gran entusiasmo el 15 aniversario de nuestro querido blog de PaleoVenezuela, un espacio que ha sido testigo de innumerables descubrimientos y aventuras en el fascinante mundo de los dinosaurios y animales prehistóricos de Venezuela. A lo largo de estos años, hemos tenido el privilegio de compartir con ustedes una vasta colección de artículos de prensa y noticias que han iluminado los misterios del pasado remoto de nuestro planeta.

El compromiso con la divulgación científica ha trascendido las fronteras digitales, llegando a las aulas de muchas escuelas, colegios y universidades. Gracias a este esfuerzo conjunto, hemos logrado inspirar a jóvenes mentes curiosas y fomentar un profundo interés por la paleontología en las nuevas generaciones. Cada artículo, cada noticia ha sido una pieza fundamental en la construcción de un puente entre el conocimiento científico y la comunidad educativa.

A pesar de que estuvimos ausentes por varios años a partir de la crisis económica que sufre nuestro país, donde decidimos detener un poco nuestras publicaciones, esperamos terminar mucho de nuestro trabajo que tenemos pendiente de publicar. Si los dinosaurios y animales prehistóricos esperaron millones de años para ser descubiertos, nosotros podemos esperar un poco a que las cosas mejoren para seguir con este importante aporte de divulgación.

Para celebrar estos 15 años de publicaciones, queremos hacer un recuento histórico de la idea de PaleoVenezuela hasta su creación en un día como hoy del 2009. Todo comenzó cuando uno de los fundadores de PaleoVenezuela estaba en su 5to año de bachillerato, en 1994, en el colegio Santa Rosa de Lima, de La Grita, estado Táchira, y un profesor de biología trajo a clase un artículo de prensa del dinosaurio descubierto en La Quinta. Inmediatamente le pidió al profesor que le prestara el artículo para sacarle una fotocopia, y este tuvo la amabilidad de facilitárselo.


En ese momento, el fundador estaba coleccionando las revistas Dinosaurios, que las vendían en una librería cercana de la calle 6 de lo que sería después la capital de los dinosaurios de Venezuela, La Grita. Estas revistas fueron almacenadas junto a este artículo de prensa que era del diario El Nacional, pero días después la noticia se hizo eco en otros diarios regionales. Un tiempo después, su abuela, que compraba el diario La Nación, llamó a la casa para decirnos que había una publicación del dinosaurio de La Grita en dicho periódico. Ese fue el segundo artículo que el fundador se vio en la necesidad de almacenar en una carpeta, para crear lo que hoy es la paleohemeroteca.

Se reunieron muchos artículos, suficientes para tener una visión mediática incipiente de la paleontología en Venezuela a finales de los años 90 del siglo pasado, hablando ya de dinosaurios y otros animales prehistóricos. En el año 2002, se decidió publicar en Internet estos artículos, para disposición de todos los interesados en el tema. Se transcribieron los artículos en su totalidad y se publicaron en lo que era un servicio gratuito llamado Mi Página o mipagina.cantv.net, que funcionó hasta poco después de la nacionalización de la CANTV.

Al terminar este servicio, decidimos crear la paleohemeroteca en blogger el viernes, 9 de octubre de 2009, con la esperanza de que no lo eliminaran a futuro, como pasó en el servicio anterior. Con el tiempo, se fueron almacenando otros artículos de prensa. Se modificó el diseño de presentación, se estableció un nuevo logo y debido a que faltaba mucha información sobre este tema, pero que sí estaba disponible en documentos científicos publicados por revistas especializadas en inglés, decidimos crear los paleoartículos, que era nuestra propia divulgación en castellano, con más detalles de los animales o con datos interesantes, de cómo funciona esta ciencia en Venezuela.

Los paleoartículos fueron un éxito en las estadísticas de nuestro blog y de mucha utilidad para la comunidad educativa y académica. Se trata de que la redacción sea un poco más completa y detallista que en un artículo de prensa, pero evitando el lenguaje tan técnico de los documentos científicos. Creemos que los paleoartículos deben tener un equilibrio entre el lenguaje periodístico y el tecnicismo de los documentos académicos. En ese nicho poco ocupado por los medios tradicionales, encontramos completar la verdadera divulgación necesaria para la educación primaria, media y universitaria.

Se realizó, después, el primer paleomapa interactivo de Venezuela, entre otras formas de aprendizaje que ayudaron a dar una idea de cómo funciona la paleontología en el país.

Agradecemos a todos nuestros lectores, científicos, colaboradores y entusiastas de la paleontología por acompañarnos en este viaje extraordinario. ¡Sigamos explorando juntos los secretos del pasado y construyendo un futuro lleno de descubrimientos!

viernes, 30 de agosto de 2024

Descubiertos fósiles de Culebratherium devorado por cocodrilo y tiburón en el estado Falcón

 

Simulación fotográfica del Culebratherium siendo atacado por un cocodrilo mientras un tiburón tigre Galeocerdo aduncus acecha en el fondo del Mioceno de Venezuela


El 28 de agosto del 2024 fue publicado un documento científico con el nombre "Trophic interactions of sharks and crocodylians with a sea cow (Sirenia) from the Miocene of Venezuela", que en español se traduce como "Interacciones tróficas de tiburones y cocodrilos con una vaca marina (Sirenia) del Mioceno de Venezuela", en el que se presenta un raro fósil que ha proporcionado una instantánea de lo que fue un día excepcionalmente desafortunado para una especie de manatí prehistórico.

La especie ahora extinta de dugongo, un mamífero marino parecido a un manatí, nadaba en el mar hace unos 15 millones de años cuando fue presa de dos animales: un cocodrilo y un tiburón tigre. Este último dejó uno de sus dientes enterrados en el cuerpo del manatí. Al analizar el fósil, desenterrado en Venezuela, los investigadores pudieron reconstruir cómo pereció el dugongo, que pertenecía a un grupo de animales conocido como Culebratherium.

El estudio de la escena prehistórica nos muestra un momento en el tiempo que proporciona una visión única de cómo funcionaba la cadena alimentaria en la época del Mioceno temprano a medio, hace 11,6 millones a 23 millones de años.

"Es muy raro encontrar evidencia de dos depredadores en un solo espécimen", dijo el autor principal del estudio, Aldo Benites-Palomino, estudiante de doctorado en el departamento de paleontología de la Universidad de Zúrich, en Suiza. "Esto demuestra por qué deberíamos estar explorando fósiles en regiones tropicales como Venezuela", agregó.

Fósil del Culebratherium sp. con el código AMU-CURS-1248. En las imágenes se pueden observar: A, partes del esqueleto y el cráneo encontrado; B, fragmentos de las vértebras; C, Foto en plano cenital de los dientes; D, Fragmentos del cráneo.

Anatomía de un ataque

Los restos fosilizados, un cráneo parcial y 13 vértebras o columna vertebral, revelaron tres tipos de marcas de mordeduras. Su forma, profundidad y orientación sugirieron que fueron creadas por dos depredadores: un cocodrilo de tamaño pequeño a mediano y un tiburón tigre.

La criatura parecida a un cocodrilo atacó primero, según el estudio, con impactos profundos de dientes en el hocico del dugongo, lo que sugiere que trató de agarrar esta parte de la cara del dugongo para asfixiarlo. Otras dos incisiones grandes y curvas indican que el cocodrilo arrastró a la vaca marina, desgarrando su carne.

Marcas de mordeduras en el Culebratherium sp., que incluyen muescas de dientes de cocodrilos en: A, punciones; B, vista detallada de A; y C, marcas de desgarro; D, ampliación en la marca de mordedura de un depredador en el fósil. Foto: Jorge Carrillo-Briceño/Marcelo Sánchez-Villagra. E, marcas de mordedura de tiburón en las costillas, y F, vista detallada. G, diente asociado de Galeocerdo aduncus (tiburón tigre) en vista de frente.


Las estrías y cortes en el fósil sugirieron que el cocodrilo ejecutó un "giro de la muerte", un comportamiento giratorio para someter a la presa que también se observa en las especies de cocodrilos actuales. "Este tipo de marca solo se produce por eventos de mordida en los que se ejecutan acciones posteriores de desgarro, rodadura o agarre", anotaron los autores del estudio.

Luego, el dugongo fue destrozado por un tiburón tigre, que tiene dientes estrechos y no dentados. Diferenciar entre las marcas de depredación activa y la carroña puede ser un desafío, pero, según el estudio, las marcas de mordeduras en todo el cuerpo del dugongo y la distribución irregular junto con la variación en la profundidad sugirieron a los investigadores que era el comportamiento de un carroñero como un tiburón tigre.


Los científicos confirmaron la identidad del tiburón a través del descubrimiento de un diente aislado alojado en el cuello del dugongo, que pertenecía a una especie extinta de tiburón tigre, Galeocerdo aduncus.

"Tuve que trabajar como un científico forense", recordó Benites-Palomino. Sin embargo, el estudio señaló que, dada la naturaleza fragmentaria del esqueleto, no era posible descartar otros escenarios para la muerte del dugongo.

Dean Lomax, paleontólogo de la Universidad de Bristol y la Universidad de Manchester del Reino Unido, que no participó en la investigación, dijo que estaba de acuerdo con los hallazgos del estudio, pero que es difícil distinguir entre el comportamiento carroñero y el depredador activo.

"Por ejemplo, tal vez no sea descabellado pensar que el dugongo ya estaba muerto, tal vez había flotado y (estaba) hinchado, y luego fue devorado (carroñado) por el cocodrilo y el tiburón o tiburones en diferentes momentos", dijo por correo electrónico Lomax, autor de "Locked in Time: Animal Behavior Unearthed in 50 Amazing Fossils".

"A menos que tengamos la evidencia directa del dugongo dentro del cocodrilo (como última comida) o de que el cocodrilo y el dugongo mueran en medio del ataque, siempre es inherentemente raro decir al 100% si esto fue definitivamente el resultado de un ataque estando vivo el animal en lugar de una acción carroñera", agregó Lomax.


Descubrimiento fortuito de fósiles

Los dugongos en ese momento podían ser tan grandes como de 5 metros de largo, dijo Benites-Palomino, y su tejido graso habría sido una buena fuente de alimento. Hoy en día, cocodrilos, orcas y tiburones se alimentan de dugongos y manatíes, principalmente atacando a los jóvenes, ya que los adultos son difíciles de matar debido a su tamaño. No está claro exactamente qué tipo de cocodrilo habría depredado este dugongo: podría haber sido un tipo extinto de caimán o gavial, pero habría sido grande, de 4 a 6 metros de largo. "Hay varios candidatos. Sudamérica era un paraíso para los cocodrilos en ese entonces", agregó Benites-Palomino.

Un agricultor al sur de la ciudad de Coro, Venezuela, notó por primera vez los restos del dugongo en un lugar donde no se habían descubierto fósiles anteriormente.

"Inicialmente, no estábamos familiarizados con la geología del sitio y los primeros fósiles que desenterramos eran partes de cráneos. Nos llevó algún tiempo determinar qué eran: cráneos de dugongo, que tienen una apariencia bastante peculiar", dijo en un comunicado Marcelo Sánchez-Villagra, coautor del estudio y profesor de paleobiología y director del Instituto y Museo Paleontológico de la Universidad de Zúrich.

Benites-Palomino dijo que el raro descubrimiento mostró el valor de la búsqueda de fósiles en América del Sur "no clásica". "Hemos estado yendo a los mismos sitios de fósiles en América del Norte y China durante mucho tiempo, pero cada vez que trabajamos en estas nuevas áreas constantemente encontramos nuevos fósiles".

Fuente traducida de: Prehistoric sea cow was eaten by a croc and shark, fossil reveals | CNN

miércoles, 21 de agosto de 2024

Encuentran nuevo material fósil del dinosaurio Laquintasaura venezuelae




A comienzos del 2024 el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), investiga nuevos especímenes del dinosaurio Laquintasaura venezuelae, hallado en el estado Táchira en los años 80. Omar Sumoza, profesional asociado a la investigación e integrante del Laboratorio de Biología de Organismos del IVIC, explicó que, desde su descubrimiento, “los investigadores venezolanos continuaron con los trabajos de pesquisa para recuperar más material fósil del animal”.

Sumoza, presentó los resultados de sus hallazgos paleontológicos en el Primer Simposio de Investigación en Arqueología y Paleontología de Venezuela. Agregó que, gracias a la investigación, se obtuvieron más de 30 elementos individuales entre completos y fragmentados, logrando “adicionar material nuevo que no se conocía como parte del esqueleto de Laquintasaura”.

Entre los elementos que han adicionado, destacan fémur, tibia, metatarsos, vértebras, costillas, dientes y de la estructura craneal. “Los nuevos detalles anatómicos de estos especímenes proveen información adicional que nos permiten entender mejor la relación evolutiva de Laquintasaura con otros ornitisquios basales y hacer una contribución a nuestra visión general acerca del origen y evolución de este importante grupo”, precisa el investigador.

Fuente periodística: Amarilis Palacios con información del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

martes, 20 de agosto de 2024

Aprender cuidando “El Patrimonio Paleontológico de Venezuela”

    La función básica de la paleontología es reconstruir paso a paso la vida prehistórica. Para entender de donde vienen los ecosistemas modernos hay que saber cómo eran los ecosistemas en el pasado. Las investigaciones paleontológicas son de gran interés para muchas ciencias. Por ejemplo, en biología, se utiliza información sobre la evolución de la extinta actividad biológica; en geología, los estudios científicos sobre fósiles es fundamental para la ubicación de los recursos minerales que tiene el país. El desarrollo científico de estos conceptos aumenta el patrimonio y de allí radica la importancia para su protección.

El patrimonio paleontológico de Venezuela está resguardado por un marco legal que estipula cómo se deben llevar a cabo los procedimientos en las investigaciones paleontológicas dentro del territorio nacional. Es responsabilidad de todos concientizar a la comunidad acerca del cuidado y estudio de los fósiles según dictan estas leyes.

En la actualidad, sobre paleontología se habla jurídicamente en dos instrumentos reglamentarios. El primero es la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, publicada el 3 de octubre de 1993 en la Gaceta Oficial con el número 4.623. El segundo es la Providencia Administrativa, por la cual se establecen las normas y procedimientos que regulan las actividades arqueológicas y paleontológicas, publicada el 15 de octubre de 2012 en la Gaceta Oficial número 40.028.

Los fósiles en Venezuela pueden enfrentar varios problemas y estas leyes se han encargado de abarcar todos los casos de manera muy clara y específica. Los puntos más importantes se presentan a continuación.

📌El expolio o huaqueo de fósiles es un saqueo en un yacimiento paleontológico. Esta actividad ilegal trae como consecuencia impedir para siempre conocer las huellas del pasado prehistórico venezolano.

Las leyes prohíben hacer búsquedas de fósiles no autorizadas. Si, por accidente, alguna persona se encuentra con un fósil, debe reportarlo inmediatamente a las autoridades o al Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), para que estos se encarguen con personal especializado del levantamiento del fósil y darle un tratamiento de extracción adecuado.

En la Providencia Administrativa por la cual se establecen las normas y procedimientos que regulan las actividades arqueológicas y paleontológicas en sus disposiciones finales del artículo 27 se dice: “Toda persona que descubra restos arqueológicos o paleontológicos, cualquiera que sea la propiedad del terreno, deberá de inmediato notificar a las autoridades locales, quienes a la mayor brevedad deberán realizar la Participación al Instituto del Patrimonio Cultural.” El Instituto del Patrimonio Cultural es el órgano rector de carácter nacional en materia de protección del patrimonio natural, en la que los fósiles forman una parte importante porque fueron creadas por la evolución de la naturaleza a lo largo de miles o millones de años, teniendo valor desde el punto de vista estético y científico.

La ley establece los mecanismos para realizar búsquedas de fósiles de manera legal. En el artículo 5 de la Providencia Administrativa por la cual se establecen las normas y procedimientos que regulan las actividades arqueológicas y paleontológicas se dice: “Todos los trabajos de investigación, prospección, recolección superficial y excavación para descubrir o explorar el patrimonio arqueológico o paleontológico, deberán ser realizados por personas e instituciones calificadas en la materia, previa autorización del Instituto del Patrimonio Cultural, quien de conformidad con lo dispuesto en el artículo 39 de la Ley de Protección de y Defensa del Patrimonio Cultural y lo previsto en estas Normas, establecerá los términos y condiciones a que deban sujetarse los trabajos, así como las obligaciones de quienes lo ejecuten.

Las sanciones de hacer una prospección ilegal son muy serias. En el artículo 46 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural se indica: “Quienes en búsqueda de bienes arqueológicos o paleontológicos realicen exploraciones o excavaciones no autorizadas, serán sancionados con la pena prevista en el artículo que antecede”. La pena por cometer este delito es de uno a dos años de prisión.

Respetar las leyes es asegurar que tendremos posibles especies nuevas de, por ejemplo, dinosaurios o reptiles voladores y marinos en documentos científicos y libros.

📌Las colecciones de fósiles en Venezuela pueden ser de cuatro tipos. El primero y el que atenta más contra el patrimonio paleontológico de la nación son las colecciones personales, cuando individuos aficionados a la paleontología toman de yacimientos una o varias piezas de fósiles y las guardan en su casa, con la intensión de venderlas a futuro o exponerlas para sus amigos. Esta actividad es totalmente ilegal, por lo que todo fósil en estas condiciones debe ser reportado inmediatamente a las autoridades locales o al IPC para disponer de ellas. Este tipo de colecciones hace que los fósiles se deterioren o peor aún se destruyan para siempre, pudiendo perderse gran cantidad de información invaluable sobre seres de otras eras que vivieron en nuestro territorio.

En la Providencia Administrativa por la cual se establecen las normas y procedimientos que regulan las actividades arqueológicas y paleontológicas se especifica el destino de todos los tipos de colecciones de fósiles; el artículo 25 señala: “Para el manejo de las colecciones arqueológicas y paleontológicas que mantengan y conserven personas naturales o jurídicas de carácter público o privado debe someterse a las disposiciones de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural y demás normativas dictadas por el Instituto del Patrimonio Cultural.

El segundo tipo de colección es el que tienen los museos privados. Los otros tipos de colecciones paleontológicas son los acreditados por el IPC a institutos o universidades públicas para tenerlos almacenados o en estudios. Y, por último, el lugar ideal de las colecciones de fósiles son los museos públicos; la meta es aumentar este tipo de museos en toda Venezuela.

📌Los traficantes de fósiles representan otro problema de daño patrimonial. Estos son delincuentes que hacen un seguimiento intencionado de un yacimiento o de personas que tienen en su poder fósiles, para  mercadearlos a sabiendas de que aquello que venden es un artículo de gran valor científico y patrimonial. Esto hace que al final los fósiles se pierdan para siempre, al exportarlos ilegalmente del país en muchos casos.

Si los fósiles caen en manos inescrupulosas, no solo se pierde la oportunidad de registrar para la paleontología una nueva especie de animal o planta, sino también la información acerca de las condiciones medioambientales en las que debió haber estado nuestro territorio hace miles o millones de años.

La importancia de las normativas legales es que ellas resguardan el patrimonio paleontológico sancionando el delito de expolio o destrucción de fósiles; en la Ley vigente de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, por ejemplo, en el artículo 44 se dice: "Quedan obligados a una participación activa en pro de la defensa, rescate y conservación del Patrimonio Cultural de la República todos los ciudadanos que habiten en su territorio. Será penado con dos (2) a cuatro (4) años de prisión quien destruya, deteriore o dañe cualesquiera de los bienes establecidos en los artículos 2º y 6º de esta Ley.

En el artículo 6 de las disposiciones generales quedan definidos estos bienes de esta forma: “El Patrimonio Cultural de la República a los efectos de esta Ley, está constituido por los bienes de interés cultural así declarados que se encuentren en el territorio nacional o que ingresen a él quien quiera que sea su propietario conforme a lo señalado seguidamente: [...] 13. El patrimonio arqueológico y paleontológico donde quiera que se encuentren”.

📌Descubrir fósiles por excavaciones es una de las formas más comunes de encontrar por accidente y perder material para estudios paleontológicos; por ejemplo, realizando excavaciones para la minería, construcción de vías de comunicación o infraestructuras que necesiten abrirse paso en la tierra.

En la Providencia Administrativa por la cual se establecen las normas y procedimientos que regulan las actividades arqueológicas y paleontológicas se especifica en el parágrafo primero: “Si el descubrimiento de objetos arqueológicos o paleontológicos se produce en forma fortuita al practicar exámenes superficiales en el terreno, excavaciones para la ejecución de obras públicas o privadas, así como obras de dragado. Cableado o instalación de tuberías en el lecho o en el subsuelo de aguas interiores o territoriales de la República, los trabajos deberán ser suspendidos de inmediato y proceder en la forma expuesta anteriormente. Los objetos rescatados deberán ser entregados al instituto del Patrimonio Cultural.

Por ende se debe hacer saber a los encargados de realizar excavaciones que deben considerar la seriedad de las penas expuestas en las leyes. En el artículo 45 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural se indica: “El que por haber obrado con imprudencia o negligencia; o bien con impericia en su profesión, arte o industria; o por inobservancia de esta Ley, de sus reglamentos, normas, órdenes escritas o disposiciones oficiales ocasionen algún daño a esos bienes, será sancionado con la mitad de la pena anterior.” Esto significa la mitad de una pena de “dos (2) a cuatro (4) años de prisión”.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Video documental sobre paleontología en Urumaco


Preparen sus cotufas, que les traemos un excelente corto documental sobre la paleontología en Urumaco. Realizado por los amigos de Rio Verde.


Parte 1/3

Parte 2/3

Parte 3/3

jueves, 9 de junio de 2016

Tres curiosos animales prehistóricos emergen del subsuelo venezolano

Restos parciales pero inequívocos de un ave pseudodentada, una tortuga marina y un perezoso jamás descrito, de aproximadamente 18 millones de años de edad, fueron recuperados cerca de la superficie terrestre de lo que hoy se denomina Cerro La Cruz, ubicado en la Formación Castillo del estado Lara, gracias al trabajo conjunto de paleontólogos de Venezuela, Estados Unidos y Brasil.

Los fósiles conforman el registro más antiguo de cada grupo animal descubierto en el norte de Sudamérica. Los tres especímenes provienen de la época geológica del Mioceno Temprano de la era Cenozoica.
Fémur del perezoso
Según el investigador del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), Ascanio Rincón, este hallazgo coloca a nuestro país en una posición aventajada con respecto a la diversidad paleontológica de la región. “El norte de Sudamérica, es decir, el territorio que posteriormente se convertiría en Venezuela, también representa un hito importante en la evolución de la fauna y flora de América del Sur”, afirmó.

A su juicio, es necesario incrementar los esfuerzos de exploración, incluso fuera del territorio nacional. Países como Colombia, Trinidad, Ecuador, Perú y Brasil “nos van a dar más sorpresas, cosas nuevas e interesantes verán la luz próximamente”, anunció Rincón.

Nuevo taxón de perezoso

En la Formación Castillo donde fueron encontrados los fósiles; Rincón y su equipo han excavado desde el año 1998 en busca de pruebas materiales de la vida de seres prehistóricos.

Como Baraguatherium takumara fue identificado el nuevo género y especie del perezoso más antiguo del norte de Sudamérica. El nombre significa “la bestia perezosa de la Baragua”, en honor al lugar donde estaba el animal y a la etnia indígena Ayamán, en cuya lengua el término “takumara” alude al perezoso.
Ascanio Rincón participó en las tres expediciones paleontológicas. Aquí muestra el fémur del perezoso
“Al principio, fue imposible ver los molares porque estaban tapados de sedimento. Pero una vez removidos, lo que parecía ser un hueso de tortuga se transformó en el perezoso que marcaría pauta en el entendimiento de la evolución de estos mamíferos en el norte del continente”, aseguró Ascanio Rincón, jefe del Laboratorio de Paleontología del Ivic.

De acuerdo con las características osteológicas del cráneo, mandíbula, molares, fémur y tibia, se determinó que B. takumara era un miembro de la superfamilia Mylodontoidea, situándose en la sección más basal de su árbol filogenético.

“Con esto estamos diciendo que los orígenes, evolución y adaptación de los perezosos Mylodontoidea en el Neotrópico quizás debamos buscarlos en el norte de Sudamérica y no en el sur como se había pensado”, precisó el investigador del Ivic.

Los resultados de este primer estudio fueron publicados en Journal of Mammalian Evolution, órgano oficial de la Sociedad para el Estudio de la Evolución de los Mamíferos. Los responsables fueron Ascanio Rincón (autor principal), Andrés Solórzano (Ivic), H. Gregory McDonald (Oficina de Administración de Tierras, Utah, Estados Unidos) y Mónica Núñez (Ivic).

Una sola matamata

En el mismo estrato donde reposaban los restos fósiles del perezoso, los paleontólogos consiguieron piezas óseas de las costillas, cintura pélvica y parte posterior del caparazón de una tortuga acuática, la más vieja del grupo matamata reportada hasta la fecha. El espécimen fue identificado como Chelus colombianus.

Adicional a su descubrimiento, los expertos comprobaron que las especies descritas previamente como Chelus lewisi (Formación Urumaco, Falcón) y Chelus colombiana corresponden a una sola matamata: C. colombianus. “Se trata del mismo reptil pero en diferentes etapas de desarrollo”, acotó.

En esta segunda investigación paleontológica, publicada en la revista The Science of Nature – Naturwissenschaften, participaron Gabriel S. Ferreira como autor principal (Universidad de São Paulo, Brasil), Ascanio Rincón (Ivic), Andrés Solórzano (Ivic) y Max C. Langer (Universidad de São Paulo, Brasil).

Pájaro con dientes falsos

El último fósil hallado en el Cerro La Cruz de la Formación Castillo pertenece a la familia Pelagornithidae, grupo de aves marinas extintas emparentadas con los pelícanos del presente y caracterizadas por la gran envergadura de sus alas, lo que les facilitaba volar grandes distancias a través del océano. Aunado a ello, tenían proyecciones óseas espinosas parecidas a dientes; de allí su apodo de peusodentadas.
Mandíbula correspondiente al perezoso
En vista de la ausencia de otras partes del cuerpo del animal, los científicos decidieron identificarla dentro del género Pelagornis, convirtiéndose en el registro más antiguo de este grupo animal en América el Sur.

La evaluación de otro espécimen de la familia Pelagornithidae permitió ampliar el patrón de distribución de estos pájaros surcadores de cielos. Se trata de los fragmentos bien conservados del maxilar de un Pelagornis, recuperados en el Cerro Misión de la Formación Capadare, estado Falcón, en el año 2003.

Tras reexaminar al ejemplar, los expertos concluyeron que correspondía a P. chilensis, el primer registro de esa especie fuera de Chile y el más antiguo del Mioceno Temprano de Venezuela. Con este hallazgo, se extiende el área de distribución de los pelagornítidos chilenos en 3.500 kilómetros hacia el norte de América del Sur.

En este tercer estudio intervinieron Andrés Solórzano (autor principal) y Ascanio Rincón, del Ivic. El artículo fue publicado en Journal of Vertebrate Paleontology, de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados de los Estados Unidos.

Misteriosa geología

La tortuga matamata, el perezoso y el ave pseudodentada proceden del mismo sitio: la Formación Castillo, localizada al noroeste de Venezuela, abarcando los estados Falcón, Lara, Yaracuy y parte del Zulia, en lo que se conoce como Cuenca de Falcón. “La Formación Castillo representa la base de esa evolución sedimentaria, que incluye todo lo que se depositó en el fondo de la Cuenca de Falcón”, explicó Rincón.

Datos recientes señalan que la Formación Castillo se asentó principalmente sobre ambientes marinos y cercanos a la costa, en los cuales hubo episodios continentales alternados con flujos de agua dulce y agua salina. “En el mismo estrato de los fósiles recogimos muchas hojas anchas, típicas de los bosques tropicales, así como peces de río y cocodrilos, lo que nos muestra que no era un ambiente marino, al menos ese estrato”, aseguró Rincón.
Formación Castillo. Foto Cortesía Ascanio Rincón
Para seguir cartografiando la diversidad paleontológica del norte de Sudamérica, es necesario empezar a reconstruir los sistemas ecológicos de los fósiles descubiertos en cada una de las escalas temporales de la vida en la Tierra, con el fin de entender cómo vivieron, por qué murieron y cómo se relacionaban con su entorno y los demás seres vivos.

“Los países del sur del continente empezaron a hacer paleoecología hace 150 años; nosotros, en cambio, estamos todavía resolviendo los enigmas de la taxonomía, filogenia y sistemática. La gran ganancia de todo esto es que más que respuestas, tenemos muchas preguntas por responder”, acotó Rincón. Otros restos de animales extintos aguardando en su laboratorio, sugieren que al rompecabezas le siguen faltando piezas.

Fuente: Bitacora IVIC por Vanessa Ortiz. http://bitacora.ivic.gob.ve/?p=19087

martes, 24 de mayo de 2016

Serpiente marina más antigua del continente descubierta en Venezuela



Una nueva especie de serpiente marina fue descubierta en Venezuela. Este fascinante hallazgo fue encontrado en sedimentos de la Era Mesozoica en los Andes venezolanos, específicamente en rocas del período Cretácico del estado Trujillo. El estudio fue publicado por la prestigiosa revista especializada PeerJ, con el título que se podría traducir como: “Una serpiente acuática enigmática del Cenomaniense en el norte de América del Sur” y llevado a cabo por los científicos: Adriana Albino, Jorge D. Carrillo Briceño y James M. Neenan; de Argentina, Venezuela e Inglaterra respectivamente.
La nueva especie fue clasificada como: Lunaophis aquaticus cuya etimología en latín significa “Serpiente acuática de la Luna”, lo que denota la procedencia de los fósiles de la formación geológica llamada “la Luna”, que predomina una gran fauna marina, en el occidente de Venezuela. Estos ambientes sedimentarios posteriormente fueron levantados gracias a los procesos tectónicos que dieron origen a esas majestuosas montañas andinas. Lunaophis aquaticus fue una serpiente marina de aproximadamente un metro y medio de largo, con un cuerpo muy comprimido lateralmente, lo que facilitaba su desplazamiento en el medio acuático como lo hacen las anguilas. 

El equipo estuvo liderado por el paleontólogo Jorge Carrillo Briceño, quien refirió que estos fósiles están representados principalmente por pequeños y delicados elementos de la columna vertebral, que se encuentran resguardados en el Museo de Ciencias de Caracas. En el estudio, estos fósiles han sido de gran utilidad para realizar las comparaciones anatómicas con otros hallazgos parecidos de otras partes del mundo y clasificar a una nueva especie de ofidio prehistórico para la ciencia en Venezuela. Esta serpiente es relevante porque representa el registro fósil más antiguo conocido fuera de África y Europa para una serpiente adaptada a un medio de vida acuático.

Lunaophis aquaticus vivió en los mares de lo que hoy es el estado Trujillo hace aproximadamente unos 100 millones de años, un poco más antigua que el Mosasaurus venezolano encontrado en la misma formación, en plena era de los dinosaurios (es importante destacar que las serpientes al igual que los Mosasaurus no eran dinosaurios). A pesar de que los ofidios acuáticos evolucionaron de antepasados terrestres para aprovechar los recursos que este medio ofrece, probablemente nuestra serpiente marina criolla no era capaz de desplazarse en tierra, ni siquiera para reproducirse. 

A diferencia de los peces, no tenía branquias y debía subir a la superficie periódicamente para respirar. Los restos de esta serpiente en conjunto a los de otros vertebrados fósiles encontrados en la formación, como peces, incluyendo otro tipo de organismos como tiburones, moluscos y microfósiles, son un indicio más de una gran zona marina que cubrió la superficie donde hoy se encuentran los Andes venezolanos. Aunque no se ha encontrado evidencia directa de qué comía Lunaophis aquaticus, los paleontólogos que la describieron sospechan que sus presas pueden haber sido pequeños peces, ya que restos de estos son muy abundantes en las rocas donde fue encontrada, aunque también podría haberse alimentado de crustáceos y moluscos.  

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Fuente: https://peerj.com/articles/2027/